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2.25.2012

¿Podría la tecnología haber evitado la tragedia?

Hace un tiempo trabajé durante un año en la generación de contenidos para una empresa de tecnología. La compañía (Motorola) desarrolla, además de dispositivos móviles, una amplia variedad de soluciones orientadas al segmento corporativo, que van desde infraestructura de comunicación inalámbrica hasta equipos para seguridad pública (hace un tiempo Motorola fue dividida en dos compañías, Solutions y Mobility). Trabajando con ellos tuve la oportunidad de conocer sus tecnologías, hablar con sus ejecutivos y leer sus casos de éxito, entre ellos muchos con foco puesto justamente en esos servicios de seguridad ciudadana.
Interesante, no?
Traigo el caso de Motorola por ser el que conozco de primera mano, pero muchas son las compañías que trabajan y desarrollan tecnologías que buscan dar soluciones tanto a las fuerzas de seguridad como a los equipos de rescate. Y aquí las opciones son más de las que se podrían imaginar en el contexto de desarrollo que vive la Argentina. Quiero decir, las comunicaciones confiables y seguras en tiempo real y las cámaras de seguridad son solo la punta del iceberg.



Vamos a un ejemplo: incendio en un edificio, piso 13 (era obvio, no?), centro de la ciudad, hora pico. Una sola llamada a un centro de atención centralizado de emergencias da a viso a todos los actores en juego (ambulancias, bomberos y policía). Un comité de crisis multifuerza toma el control de la situación para dirigir a cada uno de los equipos de la manera adecuada y sin generar obstáculo entre ellos. Las cámaras en la zona comienzan a enviar imágenes del incidente a los equipos con información relevante para cada uno de ellos sobre el lugar (planos del edificio, los hospitales más cercanos, etc).

Desde la central de control de tránsito se modifican las secuencias de los semáforos para crear una arteria de emergencia entre las centrales, el lugar del incendio y los hospitales más cercanos, al mismo tiempo que se desvía el tránsito por otras vías. Esos recorridos son analizados por los sistemas de gestión del comité de crisis para distribuir a cada uno de los equipos en forma ordenada teniendo en cuenta la ubicación de cada uno de ellos, su tarea, en el caso de las ambulancias, la complejidad del paciente y la disponibilidad de los hospitales (que se actualiza en tiempo real de acuerdo a los ingresos), entre otros aspectos. Esos recorridos son enviados en forma inalámbrica a los GPSs de cada una de los vehículos de atención para que todo fluya en forma correcta y cada uno de los involucrados puedan trabajar en forma eficiente.

Sin embargo, la respuesta es negativa. ¿Podría la tecnología haber evitado la tragedia de Once o al menos mejorar las tareas de rescate? A pesar de que cabe destacar la labor del SAME en la tragedia de Once, (casi) nada de todo esto se aplica en la Argentina. No digo que sea algo común. Ni siquiera en los países más desarrollados del mundo. Pero no podemos pensar en eso cuando la tecnología que tienen los trenes son la década del 50. Cuando una calle cerrada hace siete años impide el paso de las ambulancias. Cuando los semáforos no conocen de sincronización. Ni cuando la política y los beneficios personales del gobernante de turno (cualquiera sea su color político), se interponen con el bienestar de los ciudadanos. O piensan que van a invertir en tecnología cuando muchas de sus soluciones no tienen un rédito político inmediato.